19.3.15

Un 19 de marzo

Siento mi corazón en proceso de cambio. Intento explicarme cosas a mí misma y se me complica pero, lejos de lo esperado, sonrío ante esto en vez de llorar. Está bueno estar un poco perdida, es necesario para el reencuentro. ¿Quién puede encontrarse sin antes perderse un poco? 
Las historias se fueron terminando y se fueron yendo, a veces me miro al espejo y no entiendo cuándo pasó tanto tiempo, cómo quedaron algunas personas tan lejos, cómo creció este gran libro que es mi vida. Cómo crecí. Qué cambiada estoy. Incluso en el espejo no me reconozco.
Hoy acá estoy, es 19 de marzo y a veces lloro y a veces me río. 
Hasta hace muy poco tiempo tenía decidido quién era y quién quería ser. La tenía clara, sabía que no me la quería jugar, sabía que no quería sufrir, sabía que no me iba a enganchar. Que no era esa mina, que así la pasaba mejor, que mentir era más fácil. Podía chamuyar e incluso chamuyarme a mí. Podía olvidarme de todo a la mañana siguiente. 
Algo me cambió el alma y ahora veo todo distinto y me da mucho más miedo. Me veo más vulnerable, con más cosas por decidir y con menos cosas claras.
Antes escuchaba mucho Amar y envejecer, y ahora escucho La doctora, esas cosas viejo.