9.6.15

Domingo en martes.


Pasábamos todo el día tirados en la cama.
El tiempo (puta daga) lamiéndonos los pies. 

Ya no tengo tus bajadas de línea en desayuno
y aprendí a echarlas de menos, te lo juro.
Ya no tengo tu solcito en mi habitación.
Se ha instaurado una ilusa ilusión
(suenan los redondos, juega Boquita).
Ya no existen esas pelis mentirosas
que solían dar lugar a TANTAS cosas!
Una y otra y otra y otra vez.
¿Qué voy a hacer con esta fábula acabada? 
En serio.
Sólo tengo una sábana impermeable de granizo
de esta cama que solía ser caldera.
Ya no tengo aquella risa terapeuta...
Me ha quedado una existencia belicosa
de una paz que hizo a mi vida encantadora.