13.8.15

A veces mientras mi cuerpo descansa, mi cabeza sigue de largo. Y no me puedo dormir, y voy y vengo en lo mismo mil veces.
A veces también mi cuerpo sigue por inercia mientras mi mente pone el pie en el freno y me grita "basta!", para que la deje tranquila un poco.
Introspección. Hoy volví a una vieja parte de mí, que me abrazó y dijo verme grande y linda. Hoy volví un poco a mí, y no está mal. No es retroceso. Es avanzar desde otro ángulo, una nueva perspectiva. 
El mayor problema es cuando no puedo detener ninguna de las dos cosas. Pasan días seguidos en los que no me tomo un respiro, ni físico ni mental. En el medio de mi caos de horarios, de libros en el escritorio de la oficina y apuntes en el escritorio de mi habitación, me busco.
Me busco entre canciones en mis auriculares, entre mi paragüas tan requerido por estos días, entre el tren que va y el tren que viene. Entre mi jefe y mi jefa, entre mi vieja, entre mis amigos, entre el mate y las corridas por el barrio.
A veces me encuentro. A veces no. Y está bien.
Pero hasta que no sepa por qué te alejaste de mí, hay algo trunco en mi interior.
Necesito concreción, lo lamento, soy así.


Escuchá esto y sonreí.

https://www.youtube.com/watch?v=xKA_n1fdKM8