18.6.12

Tren al Edén.


Noche explotable del mes de Diciembre,
y el verano asomando su vientre.
Un ego sobrevolando la atmósfera
y la prudencia dentro de una bóveda.

Una histeria innecesaria,
así como descabellada,
abandoné cuando te vi.
Sentí estragos en el pecho,
del más loco frenesí.
Abundancia de promesas,
y una súplica de ayuda
para ir juntos a la luna.

Pasional como sutil
me arrebataste el cielo y lo adornaste.
Y con el tiempo me enseñaste
qué es el amor, y que en la cama no hay restricción.
Hoy sé que no debe existir
placer como admirarte reír.

Si ves que hago todo a prisa
vas a ver una sonrisa
cuando esté por concluir.
Lo hago para estar más tiempo
donde siempre soy feliz:
en tu espalda, que este día,
ha de ser andén del tren
que me lleva hasta el edén.

Y yo voy a sonreir
mientras las sábanas que cubren nuestros cuerpos
no dejen escapar el fuego
que se encendió por nuestras pieles haciendo fricción.
Arraigados de pasión:
tendré que enterrarme en el sol
para volver a sentir ese calor.