19.11.12

Las cosas cambian, la pasión no.

Los fui a ver gorda, flaca, con el pelo corto, con el pelo largo. Con amigos, con mi mejor amigo, con mi novio. Soltera, de novia. Enamorada, o no. Triste, feliz.
En el 2010 una vez, en el 2011 dos veces, en el 2012 tres veces. (Vamos por cuatro en el 2013!)
Los fui a ver seis veces, de las cuales cuatro fueron en el Luna Park, y es increíble cómo no cambia la adrenalina, cómo las ansias están intactas unos cuántos minutos antes de que salten al escenario y me regalen esa magia, su magia. 
Gracias por moverme el piso y el alma, por llenarme el corazón, por regalarme recitales de la puta madre uno atrás del otro, gracias por hacerme inmensamente feliz y por sacarme del mundo cada vez que se paran enfrente mío.
Gracias Las pastillas del Abuelo, por otra alegría, por otra fiesta.