18.12.12

Y nada, quiero darle pelea a todo, por el momento.
A vos, a tus caprichos, a mí misma con todos mis mambos,
a mi voz interior que me limita y me ruega que me aleje de vos y de todos.
Pero ahora quiero pelearla, sabés por qué? 
Porque después de nuestro segundo beso, en la costanera, 
se me escapó un "menos mal, ya parecíamos amigos".
Me equivoqué. No parecíamos amigos, éramos amigos y todavía lo somos.
El apoyo incondicional que vos me das, no parece de novios. Es de amigos. Sos más que mi novio en mi vida, sos muchísimo más. Por eso, quiero pelearla.
Porque desde la primera salida entendí que no quiero vivir sin vos más. Ni un día más quiero pasar sin tu voz.
Entendí que con vos quiero la casa, el perro, los nenes. Quiero todo. Los malos humores, las peleas, los berrinches, los quilombos, los sacrificios, el estudio, la carrera, lo que se viene. Lo bueno, lo malo. Las fiestas, los veranos, otoños, inviernos y primaveras que me quedan.
Así que no importa cuánto me puedan alejar de la realidad, yo siempre voy a volver a vos, que sos mi única realidad. 
(Teneme paciencia, eso sí)