Pero me encantó tu pueblo y tu boca estrellada,
tu sonrisa iluminada y tus brazos abiertos,
tu sueño despierto y tu yerba lavada,
y verte más que nada.
Convidame un matecito más,
después nos vamos a ver el cielo.
Y si me animo, te cuento cuánto,
cuánto me gustás.
(DLGP3)