8.9.15

8 de septiembre

¿Cómo no voy a acordarme de que hoy hace cuatro años que te fuiste?
Me acuerdo que esa tarde estábamos Die y yo en casa, escuchamos tus ruidos, ya te ibas gorda. No me acuerdo si él me llamó a mí o yo a él, pero sí que nos sentamos al lado tuyo y que parecía que intentabas hacernos felices hasta la última exhalación.
Después te fuiste, en un segundo no más te fuiste, así como así: en un segundo estabas, al siguiente no. Lloré y vi llorar  desde lo más profundo del alma a mi hermano por primera vez. Y no podía hablar...simplemente no me salía la voz. 
Te envolvimos en tu mantita del elefante celeste, la amabas, te la cedimos cuando te trajimos toda cachorrita. Y te llevaron de mí. 
Todavía siento tus pasos por el patio cuando me ducho y creo que vas a correr la cortina con la trompa como a veces hacías, buscándome para jugar. Todavía abro la puerta y pienso en cerrarla rápido para que no salgas a joder a los vecinos. Pienso que te me vas a venir encima, que se vienen tus mil besos. Todavía a veces estando sola hablo en voz alta como si siguieras estando. 
Si, todavía te extraño. Mucho. Y todos los días.