23.10.15

Si, todavía puedo llorar. Me quedaba más. Pensé que iba a morir deshidratada, pero parece que no.
Los detalles de tu casa. ¿Qué habrá sido de todo lo que soñé?
No sé enterrar tantas ilusiones juntas. Lo hice mil veces y todavía no aprendí a hacerlo. Es como esos lugares a los que vas de memoria sin saber la dirección.
No sé qué estoy haciendo, ya no sé a dónde estoy yendo. Ya no tengo rumbo y ya no me divierte. 
No imaginé grandes cosas. 
Lo que más quería era que termine el cuatrimestre para poder viajar a verte en la semana. 
No sé por qué, últimamente sólo venía pensando en eso.
Soy yo. Lo sé. Algo hago mal. Nunca supe qué. No cambia mi condición esta vez, sigo sin saber.
Juro que si me aguantara el cuerpo para este golpe otra vez, volvería a jugarme todo.
Pero ya no me da el cuerpo. Estoy vieja. Quizás sea más fácil aprovechar la volteada y despedirme de esos tatuajes que me pareció ver ayer en el bar pero no, era otro chabón.