Ir bajando los escudos, con confianza.
Que si hay flechas, las recibo en la carne y fue.
Que si hay flechas lloraré, patalearé, me tiraré en la cama unos días Y LISTO.
Que si hay flechas también son vida,
que el dolor es parte de esta ruleta, de este juego, de este camino, ¿o no?
Que si hay flechas van a ser mi dulce karma y me tragaré todo lo que me tiren.
Ir bajando las armas, ya no intentar defenderme. Dejarme ser, dejarme tocar, dejarme herir y curar sin miedo (o con miedo pero enfrentándolo).
Ir al frente de batalla
guerrera siempre
con tu risa de bandera.