25.3.12

Una noche me abrazaste, te besé y no dormimos ni sufrimos más.
Habrá sido nuestro premio por no salir corriendo o el castigo por no saber escapar.
Te sigo buscando como enfermo al remedio, como comienzo al final...
La suerte de encontrarte alguna vez y sentir que para casi todo hay una solución.
Verte y festejar también que aún me queda pureza sin tristezas en mi corazón.