27.12.12

Cura - Experiencia

Ya no me encuentro preguntando sobre amor; 
por fin no hay nada que pretenda no saber, 
entiendo que no hay relación entre amar y envejecer. 

Ya no me encuentro preguntando cómo dar; 
por fin comparto, por el miedo de perder, 
el milagro de tus caricias llegando el amanecer. 

Ya no me encuentro contestando un “¿yo que sé?”, 
por fin entiendo que en tus redes yo caí. 

Ya no me encuentro preguntándome “¿por qué?”. 
por fin entiendo de un vez el "porque sí". 
Porque te ví, te dejé entrar, 
cerré la puerta y te elegí. 

Porque esos dos faroles pueden hacer 
que si estoy fané, las pequeñas cosas 
se bañen del brillo de esa ternura 
que transmitís cuando me mirás. 

Tirando a matar, dándonos changüí, 
puro razonar, puro frenesí. 
Siempre fue así nuestra historia, 
que funcione o no, que esté bien o mal, 
vivirlo con vos para mi es la gloria. 


Sin escatimar, sin darnos de más, 
sin acelerar, sin tirar pa’ atrás. 
Siempre fue así nuestro asunto; 
le falta de acá, le sobra de allá, 
retocándolo, pero siempre juntos. 


Ya no le temo a esa cagona que habita en mi, 
ni a sus ataques tontos de furia precoz; 
distingo excusa y resultado, y hoy elijo estar con vos. 

Ya no me encuentro figurando en el veraz, 
por fin no debo más de lo que va a venir; 
pago los precios de tenerte, darte amor y ser feliz

Porque me es imposible de imaginar 
agonía más cruel, más aterradora 
que mi canto y tu danza alejándose; 
Uno arriba del tren (al Edén) y otro en la estación. 

En los momentos en que quiero escapar 
de mi propia piel, vos sos mi cura.
Con mi panza y tu panza rozándose 
no hay poetiza que no te dedique un par de renglones (...)