22.6.13

Pertenecer

Lo tuyo, lo mío, lo propio. Lo que nos pertenece. 
¿Quién va a indicarnos qué cosas son de nuestra propiedad, qué personas? 
Lo que me pertenece es sólo esto, es la carcasa que me regalaron para contener mi alma, mis pensamientos, mi mente enloquecida, calculo yo. La carcasa que me obliga a quejarme, cubierta de los daños, de las cicatrices que yo le generé. Mentí cuando dije que no me pasó nada físico: me pasó mucho, está en mi cuerpo, todos lo descubrieron ya, pero yo no me conozco, no me pertenezco al fin. 
Pertenecer a un lugar, saber dónde queremos estar, no sé, debe ser uno de los privilegios más grandes. Tengo tanto miedo, y hoy este terror me pertenece, me guste o no. 
Yo creo en apropiarse cuando se quiere de lo que se quiere; yo sigo creyendo en la frase que me tiró una amiga años atrás: "No importaba lo que pasara con él al día siguiente, porque en ese momento él era MÍO y yo era SUYA". Frase que, por supuesto, me apropié.