3.1.14

2013






 En las cosas malas de este año, prefiero no pensar. Así que vamos por las buenas: me reencontré con mi tío, disfruté de un verano con Él muy feliz y repleto de amor, encontré un trabajo que me encanta, pasé mucho, muchísimo tiempo con mis amigos de siempre y también me hice amigos nuevos. Intenté todo lo que quise. A veces no pude, a veces sí, y ese logro lo voy a tener siempre en el corazón aunque quizás no le saque provecho. Supe abandonar cosas que ya habían cumplido su ciclo, tomé decisiones que espero que den sus buenos frutos en este año que empieza. Pero lo más importante: aprendí a vivir el día a día y a valorar las pequeñas cosas.