12.1.14

II

Poder decir adiós, es crecer. Siempre.
A veces la vida con una sonrisa nos dice "vas a tener que dejarlo pasar". Hay motivos grosos, motivos más pequeños, el tema es que con una mano no puede agarrarse todo el universo. No entra, no alcanza, él no cabía en mí. 
Después la vida nos guiña el ojo. Y te das cuenta de que todo sigue igual, de que vas a estar bien, entera.
La cuestión es que a veces hay que renunciar a ciertos placeres para crecer y para rumbear a donde uno quiere llegar.