11.4.14

Lengua gris (buenacara)

Mientras lavo tu único atuendo me pregunto porque nunca lo había hecho antes, porque nunca pasé con vos el tiempo que vos querías, porque detuve tu andar que gran velocidad anhelaba alcanzar.
Pero, paradójicamente, me doy cuenta que tengo una respuesta: nunca me mereciste, nunca supe como devolverte algo de lo que vos me dabas. Creo que por eso nunca va a existir alguien como vos, nadie puede dar todo lo que vos sabías dar; porque nadie puede devolver algo como así.
Parecen cosas u actos tan corrientes, tan trillados, tan sencillos; pero no lo son. La fidelidad, la sinceridad y la compañía, entregadas con tanta ingenuidad y con tan poca razón.
Aún me deleito al recordarte con la única ropa que solías usar, sólo te cubría el cuello. Yo creo que fue mi culpa que te hayas ido, pues eras mucho para mi. Te fuiste, pero sé que siempre vas a estar en el escalón, con los ojos bien abiertos mendigando pan, abrigándote las patas con tu propio lomo, haciendo reír mostrando tu sonrisa. Por eso, sólo me queda un gracias y un perdón.
Ah, tu collar me lo quedó para tenerte cerca mío, él me hará compañía.

                                                                                                           Suyo.


2/4. Feliz cumpleaños gorda. 
Te extraño.