11.6.14

El tropezón

Me esforcé, en serio, puse en esto mi alma, mi corazón. Me entregué por completo y no sé si por segunda o tercera vez, ya me equivoqué tanto que perdí la cuenta. Confié de más. Confié en él, confié en mi, confié en algo que ya nació torcido. Me metí hasta la cabeza. Y ahora no puedo respirar.
Ya sé, ya sé que a veces las cosas no salen como las planeamos, sé que no puedo llorar por cada fracaso, por cada cosa que intente y no funcione. Pero es que de verdad quería esto. Cuesta un montón mantenerse fría, neutra, en una posición de "estoy bien, me chupa un huevo", porque no es así. Ni estoy bien ni me chupa un huevo, yo aposté más de lo que tenía, puse mi cuerpo en esto, puse mi cabeza. Y ahora no tengo nada, no me queda nada. Estoy sola y vacía en mi habitación.


Hoy me aumentaron el sueldo, me dieron una buena nota de un parcial y me compré un gorro. ¿Sabés qué? Pareciera que nada tiene sentido si no estás, si no te lo cuento, si no te veo. 
Supongo que este duelo será igual a previos. Al menos ya sé cómo es, sé los meses que me esperan, sé para qué prepararme. Espero estar un poco mejor cada día. Espero que no me duela más la cabeza, no llorar tanto, tener la mente fresca como para estudiar. Espero no adelgazar, no fumar mucho, no emborracharme mucho.Quiero estar bien. Quería estar bien de a dos y no me salió. Así que al menos la lucharé para estar bien yo, yo sola. Qué increíble cómo en una mañana se va a la mierda el esfuerzo de meses y meses. No, no es fácil. Es difícil cuando se quiere. Muy difícil.