Me diste y das dos millones de cosas. Pero creo que tu mejor regalo hacia mí, va a ser para siempre ese pendejo que vuelve sonriente de los chinos contando que se afanó una mermelada.
Feliz día vieja, no hinches tanto los huevos.
Feliz día a las mamás de mis amigos también, sobre todo Susi y Silvia, que me dan de comer más que la de la foto.