31.8.15

Una cuadra por Irala. El mate de la mañana. El cigarrillo de la tardecita.
La puerta de mi oficina. El escritorio en el que estudio. El banco de la facultad en el que me siento todos los miércoles.
Mi cuaderno 27. El café amargo. Mi almohada nueva.
La ducha que me revive. Las biromes y mi forma de agarrarlas. Las tostadas con mermelada.
El brazo levantado parando el colectivo. Los escalones para salir de la estación del tren.
El jabón líquido en mi baño. Mis botas negras y mi remera gris. Mis ojos pintados.
Mis amigos y sus risas. Mi mamá hablando del colegio. Un gol de Boca, el grito de Diego desde algún lado de la casa. Los mensajes de mi hermana.
El abrir mi cajón. La tele apagada. La música encendida. 
El sueño y mis sueños (los de despierta, los de dormida). Mi manera de cortar la comida. 
Los pasos hasta mi cocina y hasta la puerta de mi casa. El resaltador. El perfume que me pongo.
El sommier. El sillón. La sonrisa de cualquier momento.
Te pongo en todo porque ahí te necesito.
No te vayas de mí. 
Todavía te necesito.
Yo te necesito.