25.11.15

14

Cuando llego muy contenta a casa, saltando y sonriendo,
te extraño tanto. Extraño que salgas a recibirme y te me cuelgues porque sólo vos aprovechabas así mis momentos de felicidad. 




Puedo perderme.
Puedo no saber lo que quiero hacer,
incluso no saber lo que quiero ser.
Puedo tomar decisiones y después retractarme.
Puedo ir, y al rato volver sobre mis mismos pasos.
Puedo enloquecerme, puedo dudar,
puedo tener miedo e inseguridad,
PERO NO TE PUEDO DEJAR.