Creo en que todas las personas que pasaron por mi vida, tenían algo para enseñarme.
Incluso vos, a quien hoy despido, me dejaste una enseñanza fundamental. Me dejaste un regalo, ponele.
No me considero una persona rencorosa. Sí una persona muy selectiva. Es sólo porque aprendí a valorarme con el paso de los años. Aprendí que sí existen las malas personas o las malas intenciones. La gente no sólo "erra". A veces te quiere cagar. Por eso aprendí a seleccionar. Me crucé con algunos que quisieron cagarme, con otros que lograron hacerlo. Hoy tengo que seleccionar a los que quiero tener cerca y a los que no. A los que merezco tener cerca, a los que merecen tenerme cerca. Tengo que elegirlos a dedo todos los días. No hay otra.
Hoy te pierdo y disfruto de otros encuentros. Los amores renacen día tras día, todos los amores van buscándose, encontrando nuevas formas de ser.
Hoy renace en mí un amor que había muerto pero que sé que puedo hacer nacer de una forma distinta, quizás incluso mejor. Siempre se lloran las muertes y se celebran los nacimientos, ¿no?
Hoy encuentro una nueva persona en el mismo cuerpo de esa que conocí un par de meses atrás. Es igual, pero es diferente. Y creo en la posibilidad de seguir enamorándome de esta también.
Mientras tanto, las pérdidas y los encuentros son parte de la vida misma y con el tiempo pasan y van quedando atrás. Nada dura para siempre.
