2.11.17

LA ERA DE LOS PULSADORES


En los últimos meses adquirí dos pulsadores sobre los que es propicio reflexionar un jueves a las 7 de la mañana en el medio de un parcial domiciliario:
-Ambos llegaron luego de un asalto. ¿Mejor prevenir que curar o la era de las decisiones tomadas luego de los hechos?
-Prevención: ¿de verdad prevenís? ¿Qué prevenís? Si te vienen a robar, y lo tocás, va a venir la policía. Yo prefiero que me roben a tener cerca a uno de esos. El que te roba no tenés ni idea de si alguna vez mató a alguien o no. Del uniformado si, ya sabés, tenés la certeza: si no mató, encubrió al compañero que lo hizo, que es más o menos lo mismo.
-La espontaneidad: instantáneo. Tuqui, me están robando, tuqui, lo toco. Todo ya. Sin solución, porque te van a robar igual. 
-Tenerlo encima: este es mi favorito. El elemento placebo. "Tenelo siempre con vos", te dicen. "Tenelo ENCIMA" (KÉ?), "Ponelo en tu llavero". Mmm. La sensación de poder, de seguridad, de protección, que implica tener el chiche entre tus cosas. Para pensarlo.
-La seguridad: por último, la seguridad que te quieren hacer creer que tenés porque tenés el poder de llamar a la policía, o hacer sonar una alarma, cuando quieras. Seguridad sería educación para todos, ir a las bases de la delincuencia, ¿no? Podríamos trabajar en eso en vez de andar construyendo controles móviles mínimos inútiles absurdos por sobre todo, absurdos en el capitalismo.