31.1.15

Algunos días vinieron y me cocinaron. 
Algunos otros, vinieron y les cociné.
Mi semana y monedas de casa "sola" fue sinónimo de casa llena de ruido, de sus risas, de cervezas.
Comida rica, muchas anécdotas y compañía. Sobre todo eso, compañía, la mejor. Cuando la necesité, cuando simplemente la quise. Y en esta oportunidad, de a ratitos ni me enteré de mi soledad. 
Son mi alma, mi vida entera, la razón por excelencia de mi felicidad. 
Siento tanto orgullo de ustedes que desbordo, no entro en mí misma, no sé cómo agradecerles el hermoso privilegio de tenerlos cerca. 
Toda mi existencia voy a estar en deuda con ustedes por el aguante y la alegría.
Toda mi existencia van a ser lo más importante y lo mejor de mí.
Gracias amigos de mi corazón, me faltan palabras para describir esto que siento.