21.11.15

Te pienso. Te pienso mucho más de lo que vos me pensás a mí.
Busco una nueva forma de sentir que no me duela tanto.
Busco una nueva forma de ser. Una Lucía que se la banque y no se quiera escapar de todo.
Persigo la solución de mis problemas cotidianos y nunca la encuentro.
Y nunca sé qué hacer con lo que no sé qué hacer.
Extraño a mis amigos con locura. Pienso en cuánto hace que no los abrazo y me lleno de lágrimas.
Tomo café. Quiero fumar, pero no ir al kiosco.
Me levanto. Después me vuelvo a acostar y vuelvo a pensarte.
Escucho Pearl Jam. Me siento, ya puedo estar sentada sin necesidad de caminar ida y vuelta mi habitación.
No como. No lo necesito. No tengo ganas. No quiero. No puedo.
Intento imaginarme en unos años a ver si me encuentro un poco a mí misma. Pero no. No resulta. 
La única imagen que se me viene es en la cancha con mi familia o, no sé por qué, en San Telmo buscando un bar con amigos. Nada nuevo. Al menos eso tengo claro.
Sé que vos no vas a estar.
Releo mis cuadernos a ver si noto cuándo me perdí así. Tengo baches. Ya casi no escribo. No tengo tiempo. Nunca. Ahora tampoco.