15.7.18

Atardece. Enciendo un cigarrillo. Se me eriza la piel: siento que voy a escribirte lo más hermoso que haya escrito alguna vez. 
Tal vez porque nunca me sentí tan hermosa como hoy, envuelta en vos. 
¿Sentís eso? ¿Podés sentirlo? Todo, todo se siente tanto más (¿qué fumamos?)
Siento que siento la sangre que me corre por las venas, su temperatura. Siento que siento las lágrimas de mis ojos, mis pies en el piso de tu habitación. Siento que siento el gusto de la cerveza que acabo de tomar, todavía. Me siento a mí misma, en plena conciencia, te siento tanto, nunca sentí así, ¿sentís? 
Sonreís. Me encandilo. No puedo esperar. 
El amor del bueno es como una droga. Una vez que te convidan no hay vuelta atrás.
Necesito que atardezca una y mil veces más.