25.9.18

Que te encuentres. Que sea como sea, quizás en un grito de gol del club de tus pasiones, ese por el que sentís todo y más.
Que te encuentres en tus propios gestos, "esto es muy mío", que te reconozcas. Que te encuentres en cualquier momento, tal vez en un viaje en bondi por el barrio.
Que te encuentres en una bronca, en algo que te molesta, que te duele. Que internalices el dolor, lo entiendas, y lo resignifiques.
Que te encuentres en ese lugar en el que te encontrabas de chico, en la plaza, en la esquina, en el cantero donde parabas con los pibes.
Que te encuentres en la música, en una frase, en la voz de Cerati.
Que te encuentres incluso en lo que te trasciende, en lo que no depende de vos. En lo que te hace reír una y mil veces.
Que te encuentres en la forma de mirarte de ese otro que te hace sentir completamente genuino y en paz. En todas las historias, en todos los amores, en las cicatrices, en todos y cada uno de los pasados de tu presente.
Que te encuentres en lo más efímero: el café de la mañana todavía medio apagada, una sonrisa de un desconocido por la calle, un bar en el que te sentís en casa, una foto en la billetera. Un beso, un recuerdo, un después.
Que te encuentres en los abrazos de esos amigos que te llenan el alma de profunda felicidad.
Que te encuentres. Y que siempre te puedas volver a buscar.